La autodefensa que practicamos las mujeres es primero antipatriarcal y no consiste únicamente en aprender una serie de técnicas físicas para defendernos de las agresiones tanto en casa, trabajo o en las calles. La autodefensa es mucho más que eso: es empoderamiento; solidaridad entre mujeres, acción!.
Existen muchas formas de violencia hacia las mujeres, desde la más sutil y cotidiana hasta la que nos mata, las cuales forman parte de la misma lógica patriarcal que nos considera objetos, débiles, inferiores, sumisas, etc., por tanto atacables, violables, merecedoras de todo tipo de humillaciones. Como, evidentemente, rechazamos esas definiciones que nunca fueron nuestras, lejos de victimizarnos, nos reconstruímos y redefinimos como mujeres fuertes y dignas que se defienden y que no se dejan intimidar, viviendo nuestras vidas como deseamos y no como nos imponen. Queremos ir tranquilas por las calles y estar tranquilas en nuestras casas, en todos los espacios, sean públicos o privados. Y queremos animar a otras mujeres a que se sientan también seguras, defendiendo su espacio personal y respetando sus propios límites, tanto físicos como emocionales. Para ello compartimos experiencias y habilidades, aprendemos juntas y nos apoyamos mútuamente, puesto que la solidaridad es una de nuestras mejores armas.